Una factura que cuesta más de lo que parece
En el competitivo mundo inmobiliario, cada detalle importa. No adoptar la facturación electrónica puede exponer a tu inmobiliaria a riesgos legales, operativos y de reputación. ¿Estás dispuesto a pagar ese precio?
Riesgos que afectan tu negocio
Multas que erosionan tus ganancias:
La DIAN tiene un sistema de penalidades para quienes no cumplan con la facturación electrónica, lo que puede impactar directamente tu flujo de caja.
Confusión administrativa y pérdida de contratos:
La gestión manual de facturas es propensa a errores y desorganización, lo que podría generar desconfianza en tus clientes y complicaciones con arrendadores y compradores.
Falta de profesionalismo percibido:
No ofrecer facturación electrónica puede hacer que tu inmobiliaria parezca anticuada y menos confiable frente a la competencia.
Dificultad para auditar y escalar:
Una administración caótica sin facturas electrónicas dificulta el crecimiento y la posibilidad de responder a auditorías o revisiones fiscales.
Conclusión: Evita riesgos innecesarios
La facturación electrónica no es solo una obligación, sino una herramienta para proyectar profesionalismo y ganar confianza en el mercado.